Archivos de la categoría El Fuego del Dragón

Observados

En este mundo en que vivimos, si te gustan las mujeres, estás de suerte. Las vas a ver por todas partes. En portadas de revistas, en anuncios, en el cine, la televisión, en los videos musicales y eventos de todo tipo. Te las vas a encontrar donde quiera que vayas como objetos decorativos o sexuales. Si te gustan las mujeres, vas a disfrutar muchísimo con la imagen de su cuerpo desnudo, idealizado, pasivo y de apariencia moldeable para satisfacer tus deseos y necesidades. Si te gustan las mujeres, y además, lo haces público, en la mayoría de los casos la sociedad aplaudirá tu elección y justificará tu deseo sexual hacia ella como algo casi irremediable.

Pero ¿Qué ocurre si te gustan los hombres? Pues que vas a sentirte discriminado de una manera o de otra. Es como si no te invitaran a la fiesta. O como si te invitaran, pero nadie hablara contigo. Como si la canción no te la dedicaran a ti. Te sientes ignorado. Casi nadie te alude. Mucha gente a la que le gustan los hombres ni siquiera es consciente de esta problemática y vive sumida en un limbo de obediencia. Otra lo sabe pero se resigna. Por suerte hay gente consciente y curiosa, que busca y progresa, auque tiene que superar algunos obstáculos.

Si eres mujer y te gustan los hombres, te pueden reprimir haciéndote sentir tan culpable como a Eva pecando en el jardín del Edén o a Pandora pecando de curiosa. Si buscas ser complacida por un hombre te expones a que te acusen de buscona o fácil, pues a la mujer se la ha castigado desde hace miles de años por buscar su propia felicidad y tomar el mando y la iniciativa en su vida. Si eres mujer heterosexual y buscas algún tipo de imagen erótica o pornográfica para excitarte con chicos, lo vas a tener muy difícil, porque los del porno convencional no suelen ser atractivos para las mujeres y además la manera denigrante en la que están dirigidas las actrices desmotiva y resulta imposible identificarse con ellas. Por este motivo muchas mujeres acaban descubriendo la pornografía gay: una industria que muestra actores con físicos espectaculares, con varios subgéneros donde se representan distintos estilos de chico y lo más importante, donde ninguna mujer es cosificada, lo que relaja y permite disfrutar de la escena con objetividad. Quizá sea el encuentro con la pornografía gay lo que hace que las mujeres se den cuenta de que, efectivamente, les falta un universo similar.

Y si eres hombre y te gustan los hombres, sí que vas a tener un montón de material hecho exclusivamente para ti, como la pornografía que acabamos de mencionar, un sinfín de arte, cine, lugares de ocio y desahogo y entre tu gente no se te va a censurar por ser un buscón, como en el caso de las mujeres. Pero el gran problema del hombre homosexual es que es la antítesis del patriarcal y como tal va a ser perseguido con homofobia. Una sociedad que define al hombre basándose en cuánto desea a la mujer va a estar en constante conflicto con la homosexualidad.

Y es que el patriarcado y la religión llevan siglos entrenando a la mujer para que sea la compañera sumisa, hermosa y complaciente del hombre, convirtiéndola en la representante de lo sexy, como si tuviese el copyright del concepto. Este constructo machista ha escrito la historia desde el punto de vista masculino heterosexual, ignorando todo lo que fuese en detrimento de su dictadura. Es el hombre quien ha poseído el derecho a ser entretenido, servido, excitado y complacido por la mujer, que por el contrario más que derechos ha tenido deberes de súbdito. Tremendamente injusta realidad para todos aquellos que son conscientes de que la belleza no es inherente a un género sino a una persona y que además se excitan con hombres: desde el principio de los tiempos, leyendas de jóvenes hermosos encandilaron a mujeres y hombres por igual. Varones que no pasaron a la historia por sus actos heroicos sino por su belleza y su capacidad de enamorar a sus amantes.

En conclusión, si la mujer heterosexual quiere dejar de sentirse un objeto pasivo ha de convertirse en un sujeto activo. Es decir, tiene que buscar su propia aventura, su propio placer, manifestar sus deseos y construir un mundo en el que sus necesidades se vean satisfechas.

Ante esta situación, Marta Monrabal nos presenta Observados, su primer proyecto audiovisual. Doce escenas que nos muestran a mujeres observando a hombres en diversas situaciones. Algunas de ellas son estereotipos sociales invertidos, como el pintor y la musa, el fotógrafo y la modelo, o el clásico voyeur que espía a una mujer en su intimidad. Observados propone a las mujeres que observen con libertad el mundo que les rodea y a los hombres. Que busquen y se deleiten con la belleza masculina. Y si no encuentran su ideal, que lo inventen. Que creen su propio universo, que se expresen. Que se conviertan en seres libres que desean y buscan la felicidad y el placer.

El Yaoi y la Liberación Femenina

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Nacido en Japón, el Yaoi es un género de cómic hecho por y para mujeres. Gira en torno a las relaciones homoeróticas entre hombres y los retrata de una manera única que se diferencia mucho del estereotipo Gay. Dentro del género Yaoi se pueden encontrar diferentes niveles, desde el más light hasta el más hardcore. La típica pareja Yaoi está formada por un Uke -normalmente más joven, femenino e inocente- que adopta el rol pasivo en lo sexual y por un Seme -más masculino- que adopta el rol activo.

El universo Yaoi es un universo paralelo. Sigue una lógica diferente, las cosas que pasan nunca -o casi nunca- ocurrirían en el mundo en el que vivimos. Lo que hacen, piensan y dicen sus personajes está dirigido de una manera distinta; y el aspecto físico de los chicos, sus cuerpos, rostros, cabello, todo es muy característico. ¿Qué hace tan peculiar este mundo del Yaoi? Muy sencillo. Esta hecho por chicas para chicas. Ellas, acostumbradas a ser objeto, a estar en el punto de mira; ellas, siempre mercancía en un mundo masculino y hostil. Ellas, siempre pensadas y moldeadas. Ellas, las que siempre bailan al son de la música que tocan los hombres. Ellas, las deseadas. Ellas, las que los hombres miran. Ellas, las bellas.  Pero un día ellas liberaron su imaginación. La imaginación les dio alas. Ellas se convirtieron en autoras, creadoras, pensadoras. Seres que también desean. Y desean a su manera. Seres complejos e inteligentes que imaginan un universo diferente. Seres que construyen un espacio para su sexualidad. Seres que construyen universos. Así son las creadoras del Yaoi. Así son también las espectadoras. Las fans del Yaoi (conocidas como Fujoshi) se liberan y se desobjetualizan. Disfrutan de un eroticismo que no las usa, ni las explota, sino que invita al hombre -pero no al común sino al idealizado por ellas- a seducirlas con su extrema belleza (la belleza del Bishounen) y a conducirlas a un orgasmo diferente, un éxtasis diseñado a medida para ellas, pues son ellas la que deciden en todo momento. Y esta creatividad se contagia, ya que de  todo el contenido Yaoi que hay en la net entre manga y anime, una gran cantidad está hecha por fans, y sus obras se conocen como dōjinshi o Fanfiction. El Slash es algo que va más allá: La fan de Yaoi inventa relaciones homosexuales entre personajes de cine, televisión y literatura.

Por otra parte el Yaoi ha elevado a la categoría de público y de mercado a las mujeres. En un mundo Nerd dominado por hombres, las Fujoshi se abren paso y van conquistando su espacio. Se establece un bonita relación entre las autoras y las fans, creando oferta y demanda y fortaleciendo la industria del manga. Muchas autoras se convierten en una especie de Diosas veneradas por las Fujoshi, admiradas por su talento para dibujar y para inventar historias. Aunque es cierto que algunos autores Yaoi son hombres, y muchas producciones de Anime están también realizadas por ellos, la audiencia sigue siendo mayoritariamente femenina y las diferencias con obras hechas por mujeres son imperceptibles. De hecho cada autor tiene su estilo de Yaoi, independientemente de si es hombre o mujer. Es importante subrayar el creciente numero de hombres gay que se han convertido en fans de Yaoi, aunque como se ha explicado al principio del artículo, la industria Gay difiere mucho de la Yaoi en forma y contenido.

La Mirada Femenina

Es universalmente conocido que a los hombres les excitan dos mujeres teniendo sexo entre ellas. Y muchos buscan tener sexo con dos mujeres a la vez por ese motivo. En un mundo dominado por ellos, en el que crearon un porno a su medida, consiguieron convencer a las mujeres para «montárselo» entre ellas y así disfrutar de su fantasía. Con el tiempo, las chicas «aprendieron» esta conducta y la utilizaron para sentirse deseadas por ellos. Dos chicas haciendo el amor se convirtió en algo muy sexy que hacia feliz al hombre que por otro lado, se sentía más macho que nunca. A causa de este proceso, la «sabiduría popular» afirma que las mujeres no tienen ningún problema en besarse y tocarse entre ellas, pero que un hombre no puede hacer lo mismo con otro hombre sin dejar de ser un hombre de verdad. Y esto es desgraciadamente cierto: así se nos ha educado en la sociedad que vivimos.

Y ahora es cuando el Yaoi entra en escena. La rancia mirada masculina se desdibuja, se pierde. La mujer, cansada de satisfacer al hombre, decide relajarse, sentarse entre el público y disfrutar. Desconectar. Lo que observa en el Yaoi es una relación sexual en la que no hay cuerpos femeninos explotados, sino cuerpos masculinos hermosos que se dan placer unos a otros. Y podría añadirse que gracias al Yaoi la mujer conoce mejor el cuerpo del hombre, su sexualidad.  Descubre el sexo anal sin sentirse observada o presionada por nadie. Y puede que aprenda en un momento dado que los hombres tienen próstata y por eso disfrutan del sexo anal. Quizá cuando un chico le proponga a una Fujoshi sexo anal, ésta, no solo se va a negar sino que probablemente va a intentar convencerlo de que se lo «monte» con otro chico para ese fin,  y seguro que a ella no le importará mirar. Por que en el universo Yaoi, las que miran, son las mujeres.

Internet y el Diseño del Individuo

Son muchos los debates entre defensores y detractores de Internet. Todos conocemos a alguien que está de un lado o del otro, gente que se posiciona en puntos extremos o intermedios, pero la red de redes no deja indiferente a nadie. Los que la critican, suelen adoptar una cierta actitud tradicionalista en la linea de «cualquier tiempo pasado fue mejor» en la que entienden el mundo virtual como un asesino de la cultura y de ciertos valores irrenunciables. Los defensores, hacen hincapié en que las posibilidades cognitivas y creativas se multiplican como nunca antes en la historia. Y bien, partiendo del hecho de que estoy usando esas posibilidades para difundir este artículo, me posiciono abiertamente en el «bando» de los defensores; pero iré más lejos. Hay mucho que decir en pro de la red de redes.

Victimas de Nuestras Circunstancias

Nadie elige nacer. Una vez en este mundo, no se eligen los padres, ni el resto de la familia, ni los vecinos; ni el país o la religión. Tampoco elegimos el colegio ni el lugar de veraneo, y los amigos que hacemos en la infancia proceden de esos contextos. Una vez llegada la adolescencia, podemos elegir pareja, pero al igual que con los amigos muchas veces las opciones son muy limitadas. Quizá al principio de curso no te gusta ese compañero de clase o llegado el verano no hay ningún chico interesante en el pueblo; pero ¿cuantos de nosotros hemos acabado sintiéndonos atraídos por esas personas al cabo de un tiempo cuando al principio no nos impactaron en absoluto? La explicación es muy sencilla. Cuantas menos opciones se tienen menos se tiene que pensar y mas se acaba actuando por inercia y mimetismo. Algo así como se hace lo que «se puede» y no lo que realmente «se quiere hacer». Es un conformismo social al que tiende el ser humano, entre muchas razones, por miedo a sentirse rechazado por el grupo. Y con esta coreografía se continua creciendo y pasando por las diferentes etapas de la edad.

A pesar de las pocas opciones, nos acabamos enamorando y apreciando a la gente; eso es indiscutible. Y si lo miramos desde el punto de vista animal, con interaccionar con otro individuo es más que suficiente, no necesitamos buscar demasiado para hacer amigos o encontrar una pareja sexual. Pero si nos pensamos como seres humanos, como individuos, la cosa cambia. Al contrario de los animales, las personas estamos influenciadas por multitud de detalles desde que nacemos y lo que precisamente nos hace humanos es la posibilidad de elegir. Y no solo tenemos «la posibilidad» sino que realmente el elegir para el ser humano es una necesidad, o en palabras de Sartre, una condena.

Ante la dificultad de la elección, que se nos diga lo que tenemos que hacer resulta muchas veces reconfortante. Si la libertad es una condena para muchos entonces la ley y el dictado pueden resultar cómodos, y sobre todo, al acatar una orden no ejercemos nuestra responsabilidad así que si algo sale mal, la culpa es del otro. Nos encontraríamos ante «la ley del débil»: alguien que se queja de ser una victima pero en realidad no quiere dejar de serlo pues le resulta muy cómodo. Y quizá se trate de una victima real, de quien alguien este sacando provecho, pero aun así, la victima no hace nada por cambiar, dejando entrever un tinte masoquista que tenemos todos los humanos.

La Ironía del Mando a Distancia

En el siglo XX, primero la radio y más tarde el televisor congregaron a toda la familia en el salón, entretenidos con un programa a una cierta hora. En los casos de familias grandes, esta actividad requiere un cierto nivel de tolerancia, ya que algunos hablan, pueden molestar y no siempre todos quieren ver lo mismo. Y de nuevo nos encontramos con las opciones. Como pasaba con los amigos del colegio, la programación televisiva puede no ser variada, repitiendo las mismas películas una y otra vez, y aunque si que es cierto que hay muchos canales -al contrario de lo que ocurría en los años 80 cuando solo había dos- en realidad la oferta es relativa; los tipos de programas siguen modas de audiencia, los canales se copian unos a otros y los informativos son parciales e ineficientes. Otro punto negativo de la televisión es la publicidad. A pesar de que es un clásico aprovechar estos momentos para ir al baño, en la mayoría de las ocasiones resulta insufrible. Pero si hay algo que define la televisión y en este sentido también la radio, es que ambas tienen un horario de programación al que uno se ha de adaptar. Así que, irónicamente, el mando a distancia no nos hace que «mandemos» en lo que queremos ver sino todo lo contrario; nos hace ir saltando de canal en canal sin un rumbo fijo, o en todo caso, el rumbo que los directivos de la comunicación quieren que tomemos.

Internet y el Diseño del Individuo

Al contrario de lo que ocurre con la televisión, en la que somos seres prácticamente pasivos, Internet nos obliga constantemente a tomar decisiones y afrontar responsabilidades. Es cierto que es un mundo virtual, pero el hecho de que este diseñado para uso individual desarrolla la creatividad y la idea de «mundo propio». Ya no tenemos que compartir el sofá para ver la película del domingo, sino que nosotros decidimos cómo y cuando hacemos qué cosa. Desde un punto de vista científico, Internet tiene grandes aspectos positivos. Un equipo de investigadores descubrió que las búsquedas en la red estimulan centros del cerebro que controlan la toma de decisiones y los razonamientos complejos. Esto ayudaría en especial a personas de edad avanzada a mantener el cerebro activo y combatir enfermedades como el Alzheimer.

Pero el punto que observo mas interesante de Internet, es la posibilidad de diseñarse a uno mismo. Elegimos nuestra imagen de perfil, sea real o ficticia, pero debemos decidir que cara mostrar. Lo mismo con nuestro nombre. También podemos elegir contactos, que quizá ya sean conocidos, pero pueden no serlo y convertirse en amigos algún día. Mucha era la incredulidad sobre hacer amigos en Internet al principio, pero nadie puede negar esa fantástica posibilidad hoy en día, ya que no solo amigos sino parejas y matrimonios se forjan cada día en la red. ¿Y que ocurre en la actualidad con los adolescentes? Internet ayuda a los jóvenes a relacionarse con el mundo que les rodea de una manera selectiva, eficiente, sin las presiones del «directo». Hace 20 años, cuando teníamos una cita adolescente, nos distraíamos con pequeños detalles y nos bloqueábamos por la vergüenza y la inseguridad. Muchos de nosotros nos hemos dejado llevar haciendo o diciendo cosas que realmente no estaban en nuestros planes, pero las circunstancias nos sometían a sus caprichos. En una de las citas de antes, era muy difícil darse a conocer a la otra persona, ya que la timidez o tensión no nos permitía sacar lo mejor de nosotros. Por otro lado la cita ideal se desarrollaba en un lugar que costaba dinero, como el cine, el pub o la heladería. El adolescente de hoy puede disfrutar de la opción de chatear o intercambiar mails o mensajes para conocerse mejor, y hacerlo cómodamente sentado frente al ordenador, en pijama, a cualquier hora, y con el único gasto de la cuota mensual de Internet, que comparado con el cine o el alcohol, es muchísimo más barato.

Redes sociales del tipo Facebook y Twitter nos ofrecen un universo inabarcable de posibilidades sociales, creativas y didácticas. Desde tener acceso a todo tipo de información, pasando por compartir hobbies, intereses o negocios, hasta poder hacer amigos de cualquier nacionalidad. Y todo eso, a cualquier hora, cuando a uno le de la gana, a solas, sin dar ninguna explicación, y pausando la película o la canción cuando queramos, y sin anuncios (si, los hay, pero no son tan molestos como los de la televisión y se pueden bloquear). Y qué decir de las movilizaciones sociales via Internet. Cuánto le debemos a la red las personas que perseguimos una revolución, y que vemos sus pequeños frutos gracias al poder de convocatoria de Facebook y similares. Y qué importante se vuelven estos sitios sociales cuando se convierten en herra-mientas democráticas e incluso los políticos las temen.

El problema de Internet es que se use mal, o se desaproveche. En este sentido no se debería nunca infravalorar sus posibilidades sino convencer de sus beneficios, involucrando a la gente en actividades culturales o motivacionales. Los blogs o sitios web personales o de grupos y organizaciones son un ejemplo admirable del buen uso de Internet. Y todo lo que impulse al ser humano a ser más humano y más individuo, expandiendo sus fronteras hasta disolverlas y creando esferas de libertad, es bueno y recomendable.

Lo Bueno por Conocer

El refrán «más vale malo conocido que bueno por conocer» refleja la sociedad en que vivimos. Muestra el miedo a lo desconocido, al riesgo. Muchos de nosotros sabemos que nuestra vida no es perfecta, ni siquiera como nos la imaginábamos o soñábamos, pero no hacemos nada por cambiarla, pensando quizá que tenemos mucho que perder si nos jugamos lo que hemos conseguido hasta ahora.

Si imaginamos nuestra existencia como la película de nuestra vida, entenderemos que por fuerza somos protagonistas y directores; diseñamos el escenario y sobre todo, dirigimos el casting, de manera que todos los actores sean importantes o secundarios son elegidos por nosotras/os. Existen muchas personas que entienden así la vida, y comprenden que son responsables de su propia felicidad. Pero por desgracia ese grupo de gente pertenece a la minoría de rebeldes que se atreven a arriesgarse. El resto, la mayoría, sigue la misma decadente coreografía que se hereda de generación en generación sin ser revisada.  Por supuesto que para algunos esta sea una danza equilibrada que se adecua a sus necesidades y voluntad, pero para otros, esta tradición los convierte en marionetas impotentes que aunque saben que podrían escapar y salir corriendo, terminan apagándose como la llama de una cerilla.

Calidad Versus Seguridad

La tradición nos brinda seguridad. Si hacemos lo que todo el mundo hace, nadie nos mirara, no llamaremos la atención, y esto nos tranquiliza.  Pero muchas veces tradición es sinónimo de irracionalidad, de falta de reflexión, de ignorancia. Esa ignorancia choca de lleno con la calidad de vida que por naturaleza, nos pertenece. Y digo por naturaleza, porque muchas veces es nuestro cuerpo el que nos dicta lo que de verdad necesitamos, pero rara vez lo escuchamos y complacemos.

El altruismo es un concepto hermoso y necesario para la supervivencia pero es un error cuando es obligado, cuando somos forzados a ser altruistas y eso conlleva sacrificarnos por otros. El altruismo debería ser algo espontaneo, que nace de nosotros por voluntad propia , y no algo que la sociedad espera de nosotros a determinadas edades. Por eso, la gran clave de una buena calidad de vida es ejercer el derecho que tenemos de cuestionar pautas heredadas o copiadas, y darnos el permiso para explorar las necesidades de nuestro cuerpo, alma y espíritu.

Aceptar los Cambios

Siguiendo con refranes, «nunca te acostarás sin saber una cosa más».  Esto es una verdad indiscutible, y conlleva, que el ser humano aprende cada día algo nuevo. Si esto es cierto, es muy lógico pensar que  las personas cambiamos un poco cada día que pasa, y que en el transcurso de una década una persona puede resultar irreconocible para un viejo amigo. ¿Pero qué ocurre cuando descubrimos que alguien ha cambiado? Ocurre algo muy curioso, fruto de los horrores de la tradición: si la persona ha cambiado a mejor, nos resistimos a creerla. Pensamos que «finge» haber cambiado, pues la sociedad nos educa para pensar que las cosas solo tienen una forma de ser, y quien nace de alguna manera es muy probable que permanezca así siempre; en general, nos mostramos incrédulos ante el supuesto cambio de lo que ya conocemos bien. Es como si aceptar el cambio ajeno, nos cuestionara a nosotros porque seguimos siendo de una manera y no de otra. Definitivamente, aceptar un cambio a mejor, implica aceptar que «lo bueno por conocer» es algo que existe, y por lo que quizá valga la pena luchar.

Por otro lado, quizá nos parezca que esa persona ha cambiado a peor. En ese caso, no dudamos en creerlo. Cuando el cambio es sinónimo de fracaso, entonces alzamos la voz en su contra, y aseguramos que «efectivamente, mi amigo ya no es el que era», insinuando que ha perdido todo su valor, que nos ha decepcionado y que ya no vale la pena.

Conclusión: en esta sociedad es difícil cambiar a mejor, ya que a tal cambio se le resta crédito e incluso se le amenaza.

Si tomásemos conciencia de que la vida es un constante cambio, y de que la que vale la pena vivir implica correr algunos riesgos, nos cuestionaríamos nuestra propia rutina y nos permitiríamos progresar, comprobando entonces que no estamos solos, y que hay muchos que llevan caminando mucho tiempo dirigiendo su propia película.

Miedo a la Mayoría y a Nosotros Mismos

Saltarse el guión o escribir uno nuevo no solo nos hace temer a no ser aceptados por la mayoría sino también por nosotros mismos.  Lo que somos, esta causado por toda esa sucesión de eventos, de información, de educación. Si de pronto nos «quitamos la ropa» de lo que otros nos inculcaron y que aprendimos a defender, entonces nos sentimos desnudos, desprotegidos, y tememos enfrentarnos con nosotros mismos, nuestros complejos e inseguridades y lo peor de todo, tener que buscar soluciones y alternativas.

Estos guiones, pueden ser inocentes y estereotipados como casarse y tener hijos, pero también pueden ser retorcidos y ocultos, inculcados subliminalmente, como el pesimismo, la frustración y malas vibraciones que nos harían fracasar en todo lo que intentamos.

Si entendemos que nuestra felicidad solo depende de nosotros, veremos que es nuestra tarea poner en tela de juicio los argumentos ajenos que seguimos y si es necesario, descartarlos. Debemos superar los condicionamientos que arrastramos desde la infancia y así actuar en un proyecto de vida único y propio que sea coherente con nuestro ser, aquí y ahora.

Una vez conseguido trazar nuestro rumbo, nos quedara otro desafío: propagar esta idea y ayudar a otros a «dar a luz» su propio sendero. Sea como padres, profesores, jefes o amigos; ayudemos a que cada persona tenga el coraje necesario para ser verdaderamente feliz.

8 de Marzo. Una visión Alternativa

Un Camino Distinto

Como persona que ama la libertad y los derechos humanos, me parece bien que haya un día en que se celebre la figura de la mujer en el mundo. Es muy importante tomar conciencia de los problemas globales y las celebraciones son una buena excusa.

Pero como mujer, no me siento demasiado inspirada con esta idea. Lo que a mi me interesa es el análisis del poder, algo de lo que muchas mujeres carecen en sus vidas. Y el modo de obtener poder y fuerza, no es recibir las gracias masculinas, ni sonreír emocionadas ante un homenaje a nuestro género; poder es libertad, libertad es independencia. Y mientras nos abran la puerta del coche y del restaurante, nos regalen anillos de compromiso y nos aplaudan lo buenas madres que somos, esa independencia se verá mermada. Ni qué decir cuando somos valoradas por nuestra supuesta innata belleza.

Yo apuesto por un camino distinto. Un camino que los humanos se ven naturalmente inclinados a seguir. Es el sendero de la felicidad. Las personas se ven constantemente motivadas por el placer y la imaginación. Pero qué difícil es dedicarse a ser feliz en esta sociedad masoquista e improductiva, en el que el humano está hecho para las leyes y se vive para trabajar. El trabajo dignifica, se ha dicho, y por eso todos queremos un trabajo. Las mujeres, en un momento dado se unieron al «negocio», les costó lo suyo, pelearon con todo lo que tuvieron para ser iguales que los hombres y al final consiguieron algo semejante. Desde luego, para las que no pretendían casarse, trabajar fue sinónimo de gloria. Para las que además de trabajar, han decidido casarse y ser madres, el tema tiene otro color. Y es quizá a esta «super mujer» de la actualidad, polifacética, fuerte y creativa, hacia la que éste día va dirigido.

¿En qué aspectos de la vida tiene este tipo de «super mujer» un poder real?

Según la Real  Academia  Española, «poder» significa:

poder1.

  1.  tr. Tener expedita la facultad o potencia de hacer algo.
  2.  tr. Tener facilidad, tiempo o lugar de hacer algo.
  3.  tr. coloq. Tener más fuerza que alguien, vencerle luchando cuerpo a cuerpo.
  4.  intr. Ser más fuerte que alguien, ser capaz de vencerle.
  5.  intr. Ser contingente o posible que suceda algo.

poder2.

  1. m. Dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo.
  2. m. Gobierno de un país.
  3. m. Acto o instrumento en que consta la facultad que alguien da a otra persona para que en lugar suyo y representándole pueda ejecutar algo.
  4. m. Posesión actual o tenencia de algo.
  5. m. Fuerza, vigor, capacidad, posibilidad, poderío.
  6. m. Suprema potestad rectora y coactiva del Estado.

Cada cual, que juzgue. Pero creo que es muy evidente. La mujer, y en general todo lo femenino, tiene un poder limitado, condicionado. Muchas veces se le hace creer que tiene poder, cuando en realidad está obedeciendo normas, siguiendo el juego, un juego hecho para hombres por hombres y que no contempla el punto de vista femenino. Por ejemplo, este diálogo ficticio, que bien podría ser real:

– Como soy un caballero, te abro la puerta.

– ¿Y por qué no le abres la puerta a otro caballero?

– Ja ja! ¿Por quién me has tomado, por un marica?

Presumiblemente este señor no es un «marica» como él dice; por el contrario, es un homófobo. Y un hombre homófobo es aquel que ve su identidad de género amenazada por una figura masculina. Por eso se encuentra cómodo entre mujeres; porque le garantizan su… poder. Cuidado con las «aperturas de puertas»; la homofobia y el machismo son casi la misma cosa. Es como si en realidad nos dijeran «te hago lo que no me gustaría que me hicieran» o «ahora te hago un poco la pelota porque luego quiero que juegues a mi juego».

El Círculo Cerrado de la Mujer Mártir

Volviendo al sendero de la felicidad. Puede que trabajar dignifique -en el caso de tener un trabajo maravilloso- pero en la mayoría de los casos, el trabajo simplemente, agota. Y agotada es como se encuentra una «super mujer». Actualmente, el 8 de Marzo se celebra como el Día Internacional de la Mujer. Pero hasta hace poco, era el «Día de la Mujer Trabajadora», y lo que se celebraba era el sufrimiento de estas madres-amantes-amas de casa-empresarias-amigas. Pero he aquí el problema: mientras se celebre el sufrimiento, jamás se llegará a la felicidad. Las mujeres son «veneradas» como a Jesucristo, alabadas por lo que se «sacrifican». ¿Os imagináis un Cristo alegre? ¿Un Cristo que celebre el placer de la vida en lugar de pedir perdón, porque «no saben lo que hacen» (refiriéndose a los hombres)? Si ese Cristo existiera, no seria Cristo, sería sólo Jesús, porque jamás se hubiera sacrificado por los pecados ajenos.

Del mismo modo, mientras se celebre lo sufridas que son las mujeres, éstas nunca saldrán de ese círculo absurdo del sufrir por sufrir. Valorar a las mujeres por lo mal que lo pasan es convertirlas en mártires*. Y ya sabéis lo que es un mártir: un mártir es un héroe que da su vida por una buena causa. Pero, ¿quién quiere dar su vida?

La Revalorización del Placer

Haciendo una crítica constructiva al Día de la Mujer, me posiciono en una linea diferente a la del feminismo actual, y creo que las personas marginadas podrían encontrar su libertad y su sitio caminando hacia el placer y lo positivo, y no recreándose en el dolor y el esfuerzo. Dejemos de vanagloriar lo triste y promocionar lo complicado. Al menos, que sean otros los que nos impidan sentir placer, ¡pero no nosotras mismas!

¡Mujeres, dejad de valorar vuestro sufrimiento y comenzad a celebrar vuestro placer. Dejaos llevar por vuestra propia inspiración, concentraos en vosotras mismas, sed sanamente egoístas, recreaos en los orgasmos que la vida alberga, encontrándolos por doquier!

El día que hombres y mujeres sean iguales, quizá se celebre el «Día del hombre bello». Un día en que todas las personas a las que les gustan los hombres celebren lo felices que éstos las hacen, con su belleza y existencia. Imaginaos qué poderosa resultaría una mujer si recitara algo así:

¡Oh, Madre Naturaleza! Te damos las gracias por haber creado a hombres tan bellos, que nos deleitan con sus cuerpos perfectamente musculados y fibrosos, con sus destrezas en el uso del arco y la espada, y por supuesto, con sus artes amatorias, que nos saben complacer hasta fascinarnos. Gracias madre por habernos regalado estos placeres de la vida. Te pedimos, ¡Oh, Madre Sabia! que colmes a los varones de una vida larga, para que podamos disfrutar de ellos al máximo.

Supongo que queda mucho trecho hasta que una oración semejante se asimile en nuestra sociedad; pero por el momento, ¿por qué no echáis un vistazo al resto de esta Web Site?

¡Disfrutad!

*(Debo aclarar que he usado la religión como recurso metafórico exclusivamente. De hecho, no soy una persona religiosa, pero considero la biblia como un fantástico libro de ficción histórica y fantasía que debería analizarse más.)

La Dama de las Uvas

¿Quién serías si no necesitaras trabajar?

El ser humano es el único animal que paga para vivir en la tierra. Y el dinero es un invento humano, al igual que las leyes, hechas por el hombre para el hombre.

Desde la prehistoria el ser humano se ha desarrollando gradualmente como individuo y ha conquistado sus derechos y su sentido. Al pincipio, no eramos más que animales atados al círculo de la supervivencia, de manera que entre las necesidades básicas como dormir, comer, hacer el amor etc. no quedaba tiempo para mucho más. Tan solo cazando o cortando leña para el fuego ya se invertía casi medio dia. En esa tesitura, que continuó casi hasta la revolución industrial, el afán por sobrevivir convertía al hombre en un animal de inteligencia desperdiciada, un diamante en bruto que luchaba por existir. Sociedad de clases, injusticia, feudalismo, superstición y estados absolutistas; ¿quién da más? Los niños trabajaban, los adolescentes se casaban muy pronto, y las chicas comenzaban a parir antes de haberse convertido en mujeres adultas.

¿Dónde cabía el desarrollo personal, los hobbies, el tiempo libre? Obviamente, en ningún sitio. Sólo unos pocos privilegiados en la sociedad disfrutaban de una vida de ocio, aunque eso no significaba que la emplearan bien; incluso para estas personas afortunadas la educación y el tiempo libre pertenecian al mundo de la diplomacia y las etiquetas sociales. Si una dama conocia la literatura y la música, era probablemente porque eso se esperaba de ella, y no porque fuese lo que a ella realmente le apasionase.

Hoy en dia todo esto es historia pasada. Los que tenemos las mejores de la suertes, disfrutamos de democracias y de paises dessarrollados que nos respetan como individuos. Es cierto que podriamos estar mejor, pero comparados con paises más atrasados no nos podemos quejar. Vivimos bien.

Pero yo me pregunto, en nuestra sociedad actual ¿dónde cabe nuestro desarrollo personal, nuestros hobbies e intereses y nuestro tiempo libre?  Cada cual me dirá una cosa distinta.  Supongo que la mayoria me hablará de actividades que realiza durante los fines de semana y los más relajados confirmaran que realizan actividades de ocio casi todos los dias. Me temo que también habra unos cuantos que se quejen de que no tienen tiempo libre en absoluto.  ¿Por qué?

Por el trabajo. Karl Marx y muchos otros aseguraron que el trabajo dignifica e iguala al hombre. Desde luego, si pudiésemos viajar al pasado al momento en que estas frases se dijeron por primera vez, todos estariamos de acuerdo. Despues de siglos de esclavitud, y de otros cuantos de semi-exclavitud, trabajar en condiciones normales es una maravilla. Eres necesario en la fábrica, se te valora por tu trabajo y además te pagan. O esa era la idea marxista.

Pero ahora bien, una vez se ha superado el estadio del trabajo remunerado, que ya no esclaviza al ser humano, ¿en qué posición de importancia social colocamos el empleo? Un empleo puede dignificar al hombre e igualarlo, pero ¿qué ocurre cuando el efecto es el contrario? ¿cuantos de nosotros nos hemos sentidos explotados, decepcionados, desmotivados e incluso humillados en algún puesto de trabajo?

Imaginemos una persona que trabaja en algo que no le hace feliz. Ese empleo le ocupa 50 horas semanales. En sus dias libres, que pueden ser dos o uno y medio por semana en el peor de los casos, esta persona se siente cansada y no le apetece mas que quedarse en casa haciendo bien poco. ¿Qué te responderia este infeliz individuo si le preguntaras acerca de «sus hobbies, sus intereses y su tiempo libre»? Es fácil de imaginar.

Pero claro, todos necesitamos trabajar. Es la manera mas común de ganar dinero. Y todos necesitamos dinero. Porque para vivir en este planeta, los humanos tenemos que pagar. En teoría somos la especie dominante, pero todas las demas viven gratis.

Son probablemente muchas las ideas y reflexiones que broten de la mente al leer este artículo, (o al menos eso espero) pero si hay una cuentión que quiero subrayar es esta: la adicción al trabajo.

¿Qué significa ser adicto al trabajo?

Dejando de lado su connotación positiva – aludiendo a personas que expresan fuerte motivación hacia una carrera u oficio-  la persona que presenta una adicción al trabajo patológica convertirá el  empleo en el centro de su vida, restando importancia a todo lo demás, incluida la familia y los amigos. Considera el empleo como su refugio y se  llevará trabajo a casa para acabarlo por la noche o los fines de semana.

Estas personas suelen ser ambiciosas. Cuando se les intenta persuadir de trabajar tanto, utilizaran el éxito y el ascenso como justificación. Pero, ¿dónde está el límite entre trabajar para vivir y vivir para trabajar? ¿Para qué queremos dinero sino disponemos de tiempo para disfrutarlo?

Como conclusión, invito a plantearse esto:  sólo tenemos una vida, el tiempo corre deprisa y además podemos morir en cualquier momento; está bien tener un empleo que nos permita pagar lo básico, pero también es vital poder disfrutar de tiempo libre para desarrollarnos y crear. Nunca se deja de aprender. Y nunca es tarde para nada. Todos tenemos un diamante dentro que podría ser pulido, y de nosotros depende morir con la conciencia tranquila de no haber dejado nunca de intentar lo que nos hacía felices o haber sido simplemente animales obedientes acumuladores de dinero.

¡ Aprovechemos nuestra inteligencia para alcanzar la felicidad!